lunes, 1 de enero de 2018

¿Por qué decidí ser pintor?

     
En mis pocos años de recorrido artístico que he tomado creo que solo una, o con suerte  dos personas (lo más seguro ninguna persona) me ha hecho tal pregunta  tan primordial. A mi parecer es una pena, porque considero que es una pregunta fundamental para saber qué tan comprometido puede estar el artista en su  hobby, afición u ofició. Para muestra de lo que menciono es digno mencionar un ejemplo. Un allegado a mis círculos es Pianista, él es un talentoso en su oficio cosa que le admiro y respeto lo suficiente, una de las varias conversaciones que hemos podido compartir en algunas ocasiones siempre le he preguntado  el motivo por el cual lo llevó a estudiar tal instrumento esto porque es una persona muy grata. Hoy por hoy sé lo muy comprometido que se encuentra éste joven pianista en su oficio y el cómo de sus inicios. Es parte elemental para mí saberlo porque la causa de cualquier consecuencia es relevante en toda acción. De igual forma, el aspecto que a nadie le interese saberlo no es mi problema, sin embargo no significará que en algún momento de su existencia quieran saberlo y si éste manuscrito aún exista se podrá encontrar una respuesta aproximada a mi motivo.

De éste modo fue como  di mis inicios a la pintura.  De niño siempre he sentido mucha afinidad por toda manifestación artística, involuntariamente cual sea, así que desde niño siempre supe que quería desarrollar al menos una cualidad de las siete artes, que son las más trascendentales en la historia humana tanto conocidas como aceptadas. Comencé en una búsqueda tanto interior como exterior en busca de mis cualidades dando inicio con los instrumentos, primero, a base de pequeños y humildes ahorros me compré mi primer guitarra acústica, llevé unas pocas lecciones y no me gustó. Después, igualmente, con humildes ahorros me compré un teclado eléctrico, éste instrumento sí me gusto más a tal punto que conseguí entrar en un grupo sencillo de reggae cartaginés  aunque tampoco serví del todo con ello, no por el momento. Esto transcurría aproximadamente en el 2009 cuando tenía unos 16 años de edad, meses después llegué a conocer un profesor súper genial en el Colegio Nocturno de Cartago llamado Felix, un ser Marxista, un ser pedagogo, un ser admirable y respetable por sus valiosos conocimientos. Él me influyó en mí a que cogiera libros y empezará a leer y a leer, interminablemente. Fue tanto mi amor y pasión por todos aquellos autores que me empezaban a fascinar en mi juventud adolescente que sentí mi necesidad de experimentar esta otra manifestación artística mientras que en 2010 conocería otro gran profesor y pedagogo llamado Fernando Murillo, en dicha institución ya mencionada anteriormente, él me enseñó a tener los principios básicos para escribir y el orden suficiente para ser leído plácidamente.  Estos dos respetables, queridos y admirables profesores me ayudaron a sentir la pasión que hoy por hoy siento por la lectura y la escritura (es una pena que muchas veces los alumnos no sepan apreciar estas características de dichos docentes) así pues realicé dos relatos, relatos algo extraños que ni bien sabría dar definir qué son, aparte de otros escritos más, como lo es éste.

  A pesar que he sentido un amor hacia la lectura y la escritura no me adapté mucho a ésta manifestación artística meramente por las cuestiones “SOCIOCULTURARES” de mi región latinoamericana, sobre todo la región centroamericana, ¿a qué cuestiones  socioculturales me refiero? Simple, a la inutilidad mayoritaria de leer y conocer respecto a escritores contemporáneos de regiones vecinas. Cosa que me desanimó bastante en su momento y me hizo tomar la decisión de no dedicarle mayor  tiempo a esta manifestación artística a excepción  de cuestiones personales.
De las siete artes más conocidas ya tenía dos intentos sin una verdadera fijación, no me preocupaba porque aún estaba en esa búsqueda artística y no me daba por vencido; justo cuando encontraba a mi escritor favorito también encontraba  una figura contemporánea   que me influenciaría mucho en muchos aspectos tanto artísticos como personales, éste artista es Brian Warner. Cada vez que miraba una de sus entrevistas, leía sus letras de sus canciones, sus poses, sus ideas, su vestuario, su Filosofía, su poco interés en ser aceptado en una sociedad llena de doble moral me inspiraba cada vez más hasta que llegué a dar con una de sus cualidades menos conocidas, sus piezas artísticas valoradas en millones (pues claro ya para ese momento era una estrella conocida mundialmente pero no por eso dejó influenciarme), mirar la capacidad pictórica “desastrosa mentalmente” para hacerlo hermoso, hacer un deleite visual con colores opacos y  aguados junto con las emociones de melancolía, tristeza, zozobra, tragedia y el horror de su propio reflejo  por medio de las pinturas  me cautivo, me atrapó (y aún lo siguen siendo para mí).  Cuando miré sus pinturas  también miré  unas pocas entrevistas de sus pinturas  y ahí supe en ese mismo instante que era lo mío, para que vine en este decadente mundo social, y cómo representar una belleza lúgubre que pocos, muy pocos, son dignos de admirar y más que admirar es aceptar.   

A finales del 2011, ósea a los 18 años, ya sabría a que dedicarme el resto de mi vida y ser reconocido por ello. Así fue que empecé a desarrollar esta cualidad de forma individual y autodidacta. La única persona cercana a mí que sabía que pintaba era la mamá de una mi mejor amigo para esa época, hablé con la señora y me dio mi primer lección, y la última (Ja,Ja,Ja) porque desde un principio ya tenía mis fundamentos pictóricos y uno de estos fundamentos era NO pintar paisajes o temas tradicionales de la sociedad Costarricense sino  utilizar la pintura como medio de EXPRESIÓN ARTÍSTICA,  sin embargo acá empezó todo porque aprendí las cosas básicas de la pintura (utensilios). 2011, 2012, 2013 años de experimentación completamente  individuales. 


A inicios del 2014 ya sabía que era necesario mejorar mi arte porque era muy simple y completamente abstracto, yo sí sabía lo que quería expresar pero el problema era que las personas a mi alrededor no lo entendían así que mejorar mis características pictóricas me ayudarían más a desarrollarme como artista y me matriculé en la Casa de la Ciuda, Cartago, para tener un poco más de profesionalismo en mi oficio artístico. 2014, 2015 y a mediados del 2016 realicé esos cursos libres que me fueron de bastante utilidad.


Para el resto del 2016 y 2017 continuar, de forma  nuevamente autodidacta  e independiente mi AFICION (¡no es hobby!)  Hasta encontrarme con los avances de hoy día.
Mi desarrollo artístico ha sido un crecimiento muy paulatino y a la vez corto sin embargo, para una persona que considera que tiene el “lujo del tiempo” siempre y cuando haya salud avanzaré en mi arte y  curriculum como artista.   Lo que me resulta más irónico de toda esta experiencia personal que he vivido hasta ahora son dos.

1)       De niño siempre envidiaba a esos “compañeritos” que dibujaban mejor que yo, yo quería dibujar como ellos, lo intentaba pero no me resultaba nada igual. Hoy por hoy… ellos ya no dibujan, en cuanto a mí creo haberme  superado a tal punto que si yo hubiera visto algún trabajo mío de este año a esa edad infantil nunca me hubiera creído que yo mismo fuese el creador de tal obra.
2)      Una segunda ironía es creer saber que camino uno elegirá de pequeño sin saber que caminos  dará la vida. ¿Por qué lo menciono?

Porque creí que me desarrollaría como segunda vocación artística la cualidad musical o la cualidad narrativa, nunca, pero nunca me esperaba que desarrollaría una de las artes más respetables (lamentablemente menos apreciadas en varios lugares geográficos), la arquitectura. ¡Un Arte, para los valientes!

Capacidad de cautivar a una gran cantidad de seres humanos a través de una obra arquitectónica, sea pequeña o sea gigantesca.  ÉSTE ARTE QUIZÁ ES EL  MÁS PERFECTO Y DIFÍCIL del que puedo asegurar  hoy por hoy. Aceptando el acto que no cualquiera se puede llamar arquitecto tenga o no un el título correspondiente sino por el nivel de atraer, seducir, encantar, ganar, captar a todo aquel individuo que camine o pase junto a su obra  de ediliciay diga “Increíble”, “Hermoso”, “apasionante”.

Básicamente ya tengo cumplo 6 años plasmando ideas, emociones, sentimientos, pasiones, experiencias en mis lienzos, esto nadie me lo puede arrebatar, 6 años invertidos en un proyecto que me llamo desde que fui un pequeño niño, ése niño introvertido, de difícil sociabilidad y algo distraído, ahora en mi etapa adulta carente  de sentimientos a la especie humana y la carencia de “colores” de este mundo frío y cruel me hace tener la necesidad de crear, imaginar mi mundo, un mundo donde yo creo, diseño, plasmo y expreso, lo que no puedo encontrar con facilidad ahí afuera en el mundo exterior o como ustedes conocen “la sociedad”. Es acá donde se admite, se respeta, inclusive se admira, al artista por la creación de mundos imaginables para la mayoría de los seres humanos y cautivarlos con las pinceladas, lo tonos, las figuras, las emociones con la simple finalidad de  un goce plural sea un goce cálido, un goce trágico u un goce horroroso pero no deja de ser eso un goce tanto  colectivo como individual.


    No podré cerrar éste sencillo pero bien detallado  escrito sin antes mencionar la persona que me hizo tomar la decisión  de encontrar un arte y de enorgullecerlo, sí, ya he mencionado antes dos grandes y respetables profesores, también he mencionado otros dos grandes personajes históricos que me ayudaron en mis percepciones personales, sin embargo hubo una persona que me instó a dejar una huella en la historia, un  legado, aunque sea familiar y se lo debo a mi hermano mayor.












¿Alguien leerá esto?

No sé, no puedo negar una indiferencia al decir que no me importa porque sé que no es así, a pesar de esto no me detendré a escribir, dejar un rastro de mi proceso artístico en todo sentido posible, esto  por si en el futuro llegara a ser de alguna  necesidad o importancia para la familia Zúñiga Alvarado, para  Cartago o  para Costa Rica…  

Atentamente: AZA









No hay comentarios:

Publicar un comentario